Salida mágica a Sierra Brava

Nuestro amigo Fernando ha tenido el detalle de obsequiarnos con una crónica de una magnífica jornada de pesca que tuvo en el embalse de Sierra Brava hace unos años. Espero que la disfrutéis tanto como nosotros. Sin más dilaciones, os dejo con su crónica. Muchas gracias, Fernando.

Esta salida de pesca fue el 16 de marzo de 2005 al pantano de Sierra Brava (Cáceres) en compañía de Iñaki, Pablo y un servidor (Fernando).

Salimos de Madrid sobre las 5 de la madrugada, teniendo en cuenta,que hay unos 300 km de distancia y se tarda unas 3 horas. A mitad de camino paramos a tomar un café, después reanudamos la marcha. Ninguno de los que íbamos en el coche intuíamos lo que iba a suceder ese día de pesca. Yo siempre que voy de pesca voy mentalizado para intentar sacar un bass bueno.

Llegamos al pueblo de Zorita (Cáceres) y fuimos a la churrería Toñi, a tomar un chocolates con porras que las hacen exquisitas y a sacar los permisos de pesca, para poder pescar en Sierra Brava, ya que es un coto.

Después de desayunar nos dirigimos a una de las zonas buenas del pantano, aparcamos el todoterreno y empezamos a andar casi una hora para poder llegar a una recula muy grande que hay en ese pantano. Llegamos al sitio indicado y eran sobre las 11 de la mañana. Empezamos a pescar, Iñaki que llevaba vadeador se metió en el agua para intentar llegar a unas encinas que estaban medio sumergidas. Pablo y yo también empezamos a pescar, pero sin vadeador. Fuimos pescando y metiéndonos cada vez más en esa recula. Iñaki al llevar vadeador llevaba un poco de ventaja porque llegaba a las encinas.

Eran las 15:20 aproximadamente, Iñaki y yo llevábamos montado un big ika color 236 y un plomo de un gramo insertado en el lado opuesto de donde va la peluca del ika. Vimos una encina muy grande semisumergida, Iñaki se metió en el agua y lanzo su ika color 236 a la base del tronco. Lo dejó reposar un poco y de repente empezó a chillar: ¡tocho, tocho! Estábamos cerca y yo eché a correr en su ayuda, después de una buena lucha lo arrimó a la orilla, cuando lo cogió con la mano y lo ví: ¡Buff, qué pepino macho, felicidades! Nos dimos la mano y tras pesarlo dió 2.8kg en la báscula. Tras las fotos de rigor, Iñaki lo soltó.

Pasaron 3 minutos y en otro de los lances, Iñaki empieza a chillar de nuevo: ¡tocho, tocho! Me acerqué y vi como la caña se doblaba, empezó a saltar y le vi el cabezón que tenía. Yo estaba flipando, después de la lucha arrima el pez a la orilla y lo coge con la mano. Cuando lo levantó y lo vi, dije: ¡Vaya tarugo, Iñaki! Él estaba eufórico, no era para menos, cogí la báscula y se lo pesé, dió 2.910 kg. ¡Qué buen bass! Después de unas buenas fotos, al agua.

Miramos el reloj y eran las 15:35. Yo estaba contrariado, no tuve ni una picada y Pablo tampoco. Yo me decía por dentro: no puede ser, llevo el mismo ika y nada, y eso que yo soy vinílero nato y él no. Fuimos a comer al coche, después de andar casi una hora comimos unos bocadillos y nos sentamos un poco. Yo estaba muy contrariado no había cogido nada y viendo lo que había sacado Iñaki, se me caía la baba.

Después de comer le dije a Pablo e Iñaki, que yo me iba otra vez al mismo sitio. Sabía que era un palizón a andar, pero yo no me rendía. Pablo me dijo que él no venía, que le había dado una pájara y estaba muy cansado, Iñaki me dijo que tampoco. Así que me fuí solo. Empecé a andar y oí la voz de Iñaki que finalmente se venía conmigo. Empezamos a andar y andar, llegamos donde Iñaki saco esos morlacos. Serían las 7 de la tarde y quedaba poco tiempo para que se hiciera de noche.

Miré una encina sumergida y lancé hacia ella mi ika 236. Cambie de técnica, en vez de dar tirones al ika, decidí arrastrarlo por el fondo y paradas largas. Según arrastro después de una parada larga… pun… retención, clavo y se empieza a doblar la caña. ¡Iñaki, tocho, tocho! Después de una lucha preciosa lo arrimo a la orilla y lo cojo con la mano. Di un chillido que se oiría bien lejos. Se me puso una sonrisa de lado a lado, un precioso bass, lo pesamos y dio 2.4kg. Después unas buenas fotos y al agua.

Segundo lance de la tarde y lo hice hacia otra encina. Dejo reposar el ika 2 minutos, empiezo a arrastrarlo y noto otra retención. Era una picada seguro, clavo y empieza a tirar y a saltar. De nuevo: ¡Iñaki tocho, tocho! Estaba súpercontento y nervioso por si se me escapaba, después de la lucha lo arrimo a la orilla, lo levanto y empiezo a gritar. Lo pesamos y dió 2.5kg, después unas fotos y al agua.

Estaba muy contento. Ando un poco y veo una encina. Me dije, voy a lanzar allí. Lanzo mi tercer lance de la tarde y dejo hundir el ika. Lo dejo reposar unos dos minutos y en la primera arrancada que lo arrastro, picada, retención clara, clavo y la caña se empieza a doblar y doblar. El bass se eleva y salta fuera del agua. El corazón me iba a mil, estaba en una nube. Le dije a Iñaki: ¡Tocho, tocho, el bass de mi vida que no se me escape! Volvió a saltar y el corazón se me salía, conseguí cansarle y traerle hacia la orilla. Cuando lo vi de cerca y lo cogí con la mano empecé a chillar de alegría. Sabia que era muy bueno, lo pesamos y la bascula dió 2.9kg. Le dije a Iñaki que me tirara buenas fotos, le dí un beso al bass y al agua.

Estaba en una nube, casi emocionado y me preguntaba si era verdad lo que me había pasado. Estaba anocheciendo. Lanzo otra vez y clavo otro bass. Después de una lucha lo saco, lo pesamos 1.7kg. Me dije vaya sardina. Iñaki no sacó ninguno por la tarde y yo había sacado 4 peces. De tres lances, tres basses de 2.4kg, 2.5kg y 2.9kg y desde orilla.

Nos fuimos de vuelta al coche, andamos y andamos, se nos hizo muy de noche. Llegamos al coche y Pablo estaba allí esperando. Nos preguntó que que tal se había dado, yo le dije que no había cogido nada con una sonrisa que no podía evitar. Le conté lo que me había pasado y no se lo creía. Le enseñamos las fotos y empezó a alucinar.

Metimos todas las cosas de pesca y nos dirigimos a coger la autopista para ir dirección a Madrid. Después de unas tres horas llegamos ya a casa. Ese día no pude dormir muy bien. Estuve una semana con una sonrisa de lado a lado. Este es el resumen de uno de esos días mágicos que quedan grabados de por vida.

Esta crónica va especialmente dedicada a mis amigos del Valencia Bass Club: Jorge, Cisco, Paco, Pardo, Kike y por extensión a toda esa gran familia del Valencia Bass Club.

Primeros basses del año

Después de la asamblea general del club, los “fly anglers” me llenaron la cabeza de pájaros, o mejor dicho, de truchas, con cupos de 14 kilos y otras cosas semejantes en el coto de La Terrera. Aprovechando la primera semana del año intentamos organizar una salida a dicho coto, pero el día elegido condicionado por la marcha de Cisco a su European Tour, hacía que el coto de la Terrera no estuviera operativo. Así que invocando al famoso lema «You’ll neve walk alone» (Nunca andarás solo) nos unimos a Cisco y decidimos poner rumbo a Benagéber aprovechando la buena racha de sus asiduos visitantes en estos ya fríos meses de invierno.

Quedamos Jorge, Miguel García alias «El Presi», Cisco y Javi a una hora muy prudente para el tiempo que estamos: a las 8 de la mañana en el agua. Pues nada, bien abrigados y con la moral justa para la ocasión allí estábamos como muestra la foto.

Como se puede observar en la fotografía, era tan temprano que Javi aún seguía dormido. Como diría aquel: «Este Javi no está para salir».

Jorge, en su afán de pescar como co-angler del KVD de Massamagrell, cedió gustosamente su embarcación a la cúpula directiva del Valencia Bass Club. Obviamente, con el objetivo oculto de ganar sus favores en un futuro.

Miguel y Javi subieron cañón arriba según nos recomendaron nuestros guías de pesca y ellos se quedaron probando la zona de la presa (nótese la cantidad de veces que habrán ido estos dos para arriesgarse a probar zonas inexploradas en vez de disfrutar de la abundante pesca del mes de enero). Tomando buena nota de las indicaciones de los guías y casi visualizando gigantescas bolas de alburnos suspendidas empezamos a pescar con jerkbaits con la famosa técnica del jerk-stop, jerk-jerk-stop pero en versión invernal.

Sobre las 10 de la mañana a Javi le entró el primero del día y del año. Un bonito pez de 1’6 kg. Misión cumplida, ya no hacía porra.

Mientras tanto, Cisco y Jorge iban pescando las puntas dirección a la presa. En una de estas puntas a unos 7 metros, Jorge clava un buen bass a unos 7 u 8 metros a drop-shot. Lo pelea durante unos minutos y cuando estaba a punto de tirarse a la tarima en modo pro a sacarlo del agua, se suelta volviendo a las profundidades. Mala suerte.

Con un frío terrible a la sombra de las paredes del cañón decidimos hacer un receso para almorzar buscando una zona mínimamente soleada pero que nos salvó la vida y nos reconfortó el espíritu. Con energías renovadas volvimos a pescar donde lo habíamos dejado y Miguel, que como Presidente no podía quedarse atrás, sacó otro pez de 1.2 kg.

Seguimos cañón arriba y en una zona de grandes rocas sumergidas pasó una cosa curiosa. Pescando con los señuelos bastante próximos uno de otro en modo persecución, Miguel tuvo una picada que medio clavó y en ese momento Javi notó algo también en la línea. Vista la experiencia del día, Javi dijo rápidamente «Que me has enganchado mi línea!!». En ese momento Javi notó otro achuchón e instintivamente le di el cachete. Se equivocaba, Miguel estaba peleando un pez que dió 1.8 kg en la báscula y yo tenía un lucio no muy largo pero gordo que se soltó.

Para que luego digan que ambas especies no conviven en paz y armonía.

Mientras tanto, Cisco y Jorge habían hecho toda la orilla, pasando por delante de la presa, pescando los hot-spots de Cisco sin tener ninguna picada. La cosa se ponía sería, así que Jorge sacó su nueva arma secreta a estreno y nos cruzamos a la punta de la isla. A los pocos minutos, Jorge clavaba un pez con un cangrejo a texas sobre los 7 u 8 metros, lo arrastraba durante unos segundos y se soltaba. Mala suerte. Una vez más insistía en el mismo lugar y en esta segunda ocasión, tras notar el peso a la otra parte de la línea sacaría el primer pez de la jornada, que no era bass, sino un bonito lucio.

Como habíamos quedado con Jorge y Cisco a las 14:00-14:30 en la boca del cañón para comer decidimos ir bajando para no llegar tarde pero al llegar no había ni rastro de nuestros compañeros. Decidimos pescar la parte izquierda del cañón para hacer tiempo pero ya no hubo más picadas.

A eso de las 3 vislumbramos en el horizonte que ya venían. Cuando pasaron cerca de nosotros iba el Doctor ensimismado analizando alguna combinación de factores que le diera el 3000 cuando les grité que habíamos sacado 14 peces. Al oír la palabra “peces” su cerebro dió la orden para que su cabeza se girara con un ángulo que ni la niña del exorcista. Pronto descubrió que, como de costumbre, mentía.

Comimos sin prisa y reemprendimos la pesca sin ningún resultado por nuestra parte. Cisco y Jorge discutían sobre la zona más prolífica para las escasa hora y media que quedaban de pesca. Tras un profundo y sesudo análisis, decidieron pescar la orilla derecha de los cañones. A los pocos minutos, Jorge clavaba su primer pez a texas gracias a su nueva arma.

Hicimos una incursión de 50 metros por los cañones, pero el frío viento y el cambio de estructura nos hizo volver sobre nuestras pisadas. Javi y Miguel volvían para irse hacia la rampa y comentábamos la última picada de Cisco. En eso que con un jig, Jorge tiene la última picada y saca un keeper que no llegaría a un kilo. Así que no fue meritorio de foto.

Con los últimos rayos de Sol detrás de las montañas y un frío que nunca dejó de estar presente volvimos para casa con los primeros peces del año. Ya con los barcos fuera del agua, despedimos y deseamos la mejor de las suertes a Cisco que se iba de European Tour y no podría pescar en las próximas 5 semanas.

P.D.: Esta crónica escrita en su mayor parte por Javi va dedicada a Jorge que dando muestras de su amistad nos prestó su barco ya que Javi no podía disponer del suyo para este día. ¡Gracias amigo!

Última salida 2012 a Benagéber

Estaba volviendo de Cortes cuando tengo una llamada de Pardo que quería ir a pescar el sábado a Benagéber. Buscaba a un angler para su co-angler Antonio Arranz. Hacía tiempo que no compartía una jornada de pesca con este crack, así que no dude en apuntarme.

A las 7:45 am con una escarcha que cubría de blanco las orillas de Benagéber llegábamos a este mítico embalse. Ya estaban en la rampa de botadura Paco y Pardo con la avispa y sus 2 turbina de 80 libras que estaban hoy en modo prueba. Botamos las embarcaciones sin más dilación y cuando me quise dar cuenta Paco y Pardo a full se perdían en la espesa niebla que reinaba en el embalse. Menos mal que Pardo venía en modo relax como él mismo confesaba.

Tuvieron el detalle de dejarme la orilla buena, o eso al menos era lo que yo pensaba en un principio. Hacía un frío considerable y el viento cortaba la respiración. Antonio temblaba tanto como yo.

Empezamos pescando con jerkbait maldiciendo que me hubiera dejado los Shap Rap en casa, mientras en la orilla de enfrente Pardo y Paco con jig y spinner a slow-rolling. A los pocos minutos ya oía los gritos de Paco mostrando su primera captura.

Paco y Pardo se quedaban en la punta de entrada mientras Antonio y yo nos adentrabamos en los cañones de Benagéber. El frío era insoportable. Mientras tanto, Pardo tiraba de raza de pescador curtido en una y mil batallas para demostrar, que aún en modo relax, nos podía dar un repasón.

Era tal el frío y la escasez de picadas por la orilla derecha de los cañones que nos tuvimos que volver para buscar el sol. Nos cruzamos de orilla y a los pocos lances sacaría con jerkbait el primer y único pez de la jornada.

Como esperaba, Paco me echó en cara que les estuviéramos quitando los peces. El patrón estaba claro, como hacía mucho tiempo que Pardo no iba a pescar, los peces salían en su búsqueda, no había más que ponerse en su camino para sacarlos.

Estuvimos almorzando rápidamente, pues ya sabemos todos la filosofía de Pardo respecto a la manutención en los días de pesca y eso que venía en modo relax:

Comer, puedo comer cualquier día de la semana. Pescar, sólo puedo hacerlo hoy.

Subimos por los cañones. A Paco se le veía feliz como un niño con zapatos nuevos, con su Nitro convertida en barco de eléctrico y más en compañía de su compañero de pesca platónico. Esta amalgama de sentimientos se tradujo en el que sería su segundo pez de la jornada.

Nosotros por nuestra parte, no nos enterabamos de la película. Los peces no picaban a texas y sólo tuvimos lo que creemos que fueron alguna picadas.

Ya a mediodía Pardo igualaba el marcador con el que sería el 2 a 2. Era todo un duelo de titanes en la cumbre.

Finalmente paramos para comer enfrente de Fuente Cabera, pero el reseso sólo duro unos minutos, no me dejaron ni comer el postre. Así que seguimos subiendo ambos barcos sin ninguna picada. Parecía que aguas arriba de Fuente Cabera aquello fuera territorio comanche.

Empezamos a bajar y Pardo se adelantaba con su tercer buen bass de la jornada. El que sabe, sabe.

A Paco sólo le quedaba la heroica, eso sí con la ayuda de Pardo que le dijo donde hacer el último lance. Paco sacaba el último pez ya entre dos luces. Otro crack.

Con esto ya nos dirigimos a la rampa para sacar los barcos, comentar las mejores jugadas de la jornada y despedirnos hasta un próximos día.

Despedida de Cortes 2012

Dado que mi hermana había terminado su trabajo fin de máster, hicimos una salida a Cortes para despedirnos de este embalse como merece por este año.

Como os podéis imaginar, allí no estaba ni el tato y hacía un frío que tiraba para atrás. Tras calentar el motor adecuadamente nos dirigimos a pescar la récula del Prebetón. Empezamos pescando con vinilo, pero pronto pasé al jerkbait.

Al entrar a una de las réculas me encontré con un bass de 1.5 kg a la sombra en un palmo de agua. La temperatura dentro de las réculas era ligeramente superior que fuera de ellas, unos 11.5ºC. Estuvimos probando por allí, pero no tuvimos picada. También probamos en las coberturas densas con jig, pero nada de nada.

Probamos a subir al río, aguas arriba, pero soplaba un viento en contra considerable y el agua estaba a 10ºC. Estuvimos escasamente media hora y huimos para volver a la récula de la casa.

Allí probamos el escalón que hay justo debajo de la casa en la orilla izquierda. Finalmente, tras probar un rato con un poco de todo por esa orilla, giramos a la izquierda y ya con el jerkbait, clavo el primer pez de la jornada. Estaba a punto de desesperar.

Fue toda una alegría. Seguimos batiendo orilla en el sentido de las agujas del reloj y cuando llegamos a la punta de fuera de las récula de los tocones, otra vez dejo el jerkbait suspendido sobre la punta unos segundos y noto un ligero toque. Era el segundo, algo más pequeño, pero se notaba que los peces se estaban animando al pasar horas de sol.

Paramos para comer y después fuimos a la primera récula del Prebetón. Probé a pescar la cobertura de árboles tumbado con jig, pero nada. Mi hermana desesperaba, aunque estaba entretenida con las picadas de los peces-piedra y los peces-rama que le hacía llegar su GLoomis IMX.

Finalmente decidí ir a una zona de la presa que me trae buenos recuerdos pues tuve el privilegio de pescarla con el Molt Honorable en un invierno de hace dos o tres años y saqué allí uno con jerkbait. Hicimos esa récula sin picada. Cuando ya no me esperaba ninguna picada más y estaba inmerso en mis pensamientos mientras sacudía el jerkbait como un autómata, noto una picada a escasos metros del barco. Era el tercero de la jornada.

Pescamos un rato más, pero empezaba a anochecer y no quería sacar el barco de noche. Así que fuimos para el embarcadero y puse a mi hermana a los mandos de la tanqueta. Afortunadamente esta vez esta mujer sacó la Nitro Force One sin ningún problema, al más puro estilo de la mujer de Gerald Swindle.

Os dejo aquí una postal de navidad despedida del año posando con un bass de Cortes y tuneada por mi cuñao.

¡Feliz Año Nuevo!

Late Fall in Benagéber Lake

Aprovechando las cálidas temperaturas de las últimas semanas Cisco, Paco, Miguel y un servidor decidimos hacer una salida conjunta a Benagéber Lake (como ya le llaman algunos modernos angloparlantes).

Así que a las 8 a.m. ya estábamos en la rampa de botadura listos para un memorable día de pesca en este embalse. Antes de nosotros ya estaba allí Javi Mateo (Benagéber Man) que poco a poco iba remodelando su nueva embarcación para convertirla en una auténtica bass boat. Seguidamente, Cisco y Paco botaron su embarcación y montaban sus cañas mientras nosotros hacíamos lo propio con el Rayo Azul.

La primera acción fue mirar la temperatura del agua 53ºF (11.5ºC) para un 22 de diciembre, increíble. Ambas embarcaciones decidimos subir por los cañones para ir viéndonos y comentar la mejores jugadas en tiempo real. Se suponía que subiríamos hasta Fuente Cabera directamente, pero el ansia nos pudo y nada más llegar a la entrada del cañón ya estábamos pescando.

Batíamos orilla con un poco de todo, paseante, jerkbait, crankbait y jig, así que por una cuestión puramente probabilística a algo tenían que picar. En este caso, fuí yo el agraciado manejando el jerkbait con una cadencia lenta que diera tiempo a picar a aquellos basses que se disponían a dar el último bocado antes de hibernar. Una bass mordía el jerkbait suspendido entre «jerk» y «jerk».

Por la orilla de enfrente, Paco ultramotivado como siempre, no iba a ser menos y sacaba con crankbait el primer bass. Bonita fotografía con la tenue luz del amanecer.

Seguíamos subiendo por los cañones y clavabamos un segundo bass de 1.8kg de nuevo con jerkbait.

Miguel se quitaba el paseante y se pasaba al jerkbait vistos los resultados. A los pocos lances me comenta que había notado una picada cerca de una pared. Hacemos algún lance más por la zona, pero no tenemos más picadas. Avanzamos escasamente 10 metros y ahora sí, picada brutal al jerkbait de Miguel y comienza la lucha. Vemos que es un lucio de buen tamaño que no tira en exceso para el tamaño que tiene, se pone al lado de la barca y nada en paralelo con nosotros. Tras unas cuantas arrancadas verticales, se da por vencido y lo subimos con sumo cuidado al barco. Menudo luciaco.

Por la orilla de enfrente el KVD de Massamagrell comenzaba a despertar a pesar del frío de buena mañana y sacaba su primer gran pez, que era muy largo pero delgado.

Por su parte Miguel ya había calentado la muñeca gracias al lucio y el jerkbait comenzaba a funcionar a las mil maravillas por los cañones de Benagéber. Nótese la cara de felicidad de Miguel con su primer bass.

Sacaríamos 5 basses más con cangrejo a texas despacito por el fondo. Aquí os dejo otro más.

Las dos embarcaciones nos juntamos para comer, aunque previamente pasó por allí Lassazi en buena compañía subiendo aguas arriba. Después de comer, Miguel y yo no nos enteramos de la película, habíamos dado todo lo que teníamos por la mañana 🙂

Cisco, que se había reservado, sacaba dos basses vespertinos. Aquí os dejamos uno de ellos.

Sin duda alguna la clave de la jornada fue la cadencia con señuelos que los peces con el agua a 11ºC tuvieran tiempo de tomar. La apariencia de los peces, con heridas en el concurso de finales de octubre, había mejorado significativamente y estaban redondos de tanto comer.

Pescamos un poco ya cerca de la rampa, pero visto que no picaba y que el sol se ocultaba tras las montañas, decidimos volver a puerto con muy buen sabor de boca. Al poco rato llegaron Cisco y Paco, y allí estuvimos comentando las anécdotas del día al lado de nuestras embarcaciones tuneadas por la conexión La Ribera-La Canal.

También llegaría poco después por allí Darío Castillo con su primo que habían venido a pasar el fin de semana en Benagéber dadas las magníficas temperaturas que se estaban registrando.

Como despedida de esta crónica y para mortalizar esta excelente jornada de pesca, dadas las fechas en las que estamos, nos hicimos una foto de familia posando con el logo de la AEBass que tanto ha hecho por el bass en este año crítico.

¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!