Calentando motores

¡Viento!…….esa parece ser la constante desde hace dos meses.

Los atunes visitan nuestras costas, los equipos están listos pero cuando llega el fin de semana…..la galerna se adueña de nuestras costas y nuestras ganas de salir a la mar….

El pasado jueves, después de corroborar que el fin de semana venía acompañado de olas de más de 2 m, decidimos calmar nuestras ganas de pesca con una salida al bass.
Javi Villanueva me propuso que fuéramos juntos a Tous. Era pronto, 1 de marzo, pero ya sabíamos que había movimiento….hacía dos semanas, en la salida luciera del club, casi todos los barcos avistamos algún bass, aunque difíciles de hacerlos picar. Así que quedamos el sábado a las 6:30 en su casa.
Cuando llegamos al camino de acceso al embalse, comprobamos que Serafinet nos seguía con su Pathfinder y su embarcación preñada con docena y media de cañas…Al llegar a la orilla del embalse comprobamos que su nivel había subido ostensiblemente con respecto a hace 15 días. Acababa de botar su embarcación Cristian Casanoves  y su melódico compañero Xisco (Slow hand).

Decidimos ir todos hacia Escalona, ya que por éstas fechas suele ser la zona más querenciosa. Javi y yo íbamos los últimos después de ayudar a Serafinet a botar su barco.

Fuimos pescando la larga recula de límpidas aguas, pero nuestros señuelos no mostraban más vida que la que transmitían nuestras manos a través de nuestros equipos. La acción de pesca iba acompañada de una conversación amena que poco a poco nos iba alejando de la pesca, mientras orillas espectaculares impresionaban nuestras retinas haciéndonos recordar lances de pesca vividos en esas mismas orillas.


Decidimos ir hasta el final de la recula y tratar de buscar esos peces que seguramente se hallarían en la entrada del río escalona emboscados entre los tamarits…… Cuando llegamos allí nos encontramos a Serafín que estaba trillando todas las posturas de forma sistemática. Tras preguntarle nos dijo que había conseguido una captura, pero estaban duros. Las aguas estaban muy, muy frías además de tomadas debido al gran caudal que aportaba el río. Se oía perfectamente el borboteo del agua del río a su entrada en el embalse, era como un rio de montaña. Nunca lo había visto así de bravo.

Tras un rato pescando las posturas sin resultados, decidimos compartir piedra y almorzar juntos Serafín y nosotros. Todo estaba preparado: Vino de ribera de Duero, jamón, longaniza, lomo embuchado, “ceba tendrá” café y pastelitos de postre….pa flipar. Todo acompañado de un espléndido sol que empezaba a calentar….


Volvimos a la pesca con los ánimos renovados y empezó la acción.  Nos pusimos con los jigs a prospeccionar toda madera que había a nuestro alcance, y no tardamos mucho en tener la primera picada. Javi notó una clara picada y clavo un magnífico pez que quedo trabado entre las ramas del tamarit. Nos acercamos con la embarcación mientras Javi mantenía la tensión de la línea, y yo pude llegar hasta el bass y prenderlo fuertemente con las manos. Al sacarlo del agua pudimos observar que se trataba de un magnífico ejemplar. Uno de esos que tiene Tous. Lo medimos y 56cm era su talla…..su peso….es lo de menos.¡¡¡¡Magnífico ejemplar!!!


Nuestra moral estaba por las nubes, sabíamos que estábamos haciendo lo correcto. Seguimos repitiendo el patrón y unos minutos más tarde mi línea me transmite una sensación pesada, como si una rama fina se hubiera prendido en mi jig. Tenso suavemente la línea, levantando la punta de la caña y se viene hacia mí a toda velocidad. Clavo rápidamente aunque ya sin casi recorrido, y un gran ejemplar está poniendo a prueba mi caña. Notaba los latidos de mi corazón en la garganta. Un gran bass irrumpe en la superficie del agua y tras una seca sacudida lanza mi jig por el aire y mis pulsaciones por el suelo….¡¡¡¡ que trasto  !!!!


Seguimos pescando rio arriba. Lo de río en sentido literal, la corriente era más que fuerte. Nos costaba avanzar aguas arriba por la corriente heladora. Lazábamos a todas las posturas, y en una orilla, muy pegado a las piedras un seco golpe detiene mi  jerkbait. Ésta vez sí; un valiente bass sube de nuevo a nuestra embarcación.  Su tamaño no era como el de los anteriores pero era una bonita pieza que seguía alumbrando nuestras ganas de pescar.
Ya no podíamos seguir subiendo más. No había calado para ello, y nos bajamos pescando. Llegamos a los primeros remansos y decidimos pescarlos. A los pocos lances, una clara picada nos vuelve a meter en el partido. Un astuto bass estaba trabado al extremo de mi sedal, y en una veloz carrera consigue emboscarse en un árbol. Lo veíamos perfectamente atrapado entre las ramas, era otro buen ejemplar.  Tratamos de repetir la estrategia  que hicimos con el  “big one” de Javi pero llegamos tarde. Es lo que tiene la pesca en la maraña….bueno y también que estoy un poco oxidado. Je ,je. Pero como diría Javi al menos  soy un buen guía de pesca…

Continuamos un poco más abajo, y el escenario era menos “heavy cover” y Javi tras hacer una corrección de peso en su jig, clava un buen pez utilizando la técnica  “dark side”. Sesión de fotos al estupendo pez, y seguimos pescando.

Estábamos todavía comentando la jugada del pez cuando Javi vuelve a clavar otro. Era ya frenético. Dos peces en menos de 10 minutos.
Era ya bien entrado el atardecer y decidimos salir hacia afuera. Serafinet seguía pescando la orilla de enfrente y también salía.

Llegamos a la rampa y allí estaban nuestros compañeros Cristian y Xisco. Comentamos nuestra jornada y entre todos ayudamos a sacar el barco de Serafinet y pertrechamos nuestros barcos. Nos tomamos, eso sí, los pastelitos que nos quedaban y tras unos abrazos todos felices hacia casa.


Nosotros especialmente felices…..gracias Javi.

Muchas gracias,

Vicente Mascarell

Después de la tempestad…

Después de varias semanas intentando quedar para ir a un remoto rincón casi inexplorado entre las montañas la prudencia ante las recientes y copiosas nevadas nos hizo decidirnos por un destino más convencional.

A las 6:30 emprendimos el camino hacia Tous pero antes de llegar tuvimos que hacer una parada técnica a por un café ya que Jaime se había saltado la preceptiva concentración de la noche anterior a una salida de pesca. Bajando hacia el pantano vimos un pequeño rebaño de cabras montesas y un gazapo cruzando la carretera, la naturaleza estaba en plena efervescencia. ¿Pasaría lo mismo en el agua?

Con las pilas a tope y ultramotivados para una jornada que íbamos a dedicar en exclusiva a los legendarios lucios de Tous, llegamos a la rampa y ya había 2 barcos en el agua y otros 2 en la rampa. Dichoso café!! Jaime llevaba años queriendo dedicar una jornada de este tipo pero siempre había obtenido un no por respuesta y un golpe de realidad, hoy se tendría que quitar la espinita.
Después de que el M.H. Vicente Mascarell y Javivi aparcaran el coche le tocó el turno a Serafín. Luego nosotros. Siguiendo el protocolo de botadura a la perfección, en pocos minutos estábamos ya cruzando el embalse. Nuestra idea era entrar a la zona de Escalona pero vimos que allí había más gente que en el Corte Inglés un sábado por la tarde y cambiamos el rumbo. Pikie y paletón en mano respectivamente empezamos a lanzar. El pantano estaba muy bonito y nos dejaba bonitas imágenes. Entrando en alguna recula pudimos ver pequeñas cascadas de agua que fluían desde las montañas.


Paramos brevemente a almorzar frugalmente, nada que ver con los almuerzos cardiopáticos de la Mancha y reemprendimos la marcha pensando “¿Qué haría el KVD de Massamagrell en esta ocasión?”. Jaime me quitó los pájaros de la cabeza diciendo “Qué KVD ni que ná! El pikie, el pikie y al lucio”.
Íbamos cambiando de señuelo y, cómo dice Jaime, el borrico a la linde, yo buscaba unos tamaños un poco más comedidos a ver si entre lance y lance caía algún bass. No pudo ser, ni rastro de basses. En uno de esos puestets entre sol y sombra lancé el pikie y a los pocos metros noto un golpe seco y clavo. Empieza a tirar, un par de arreones y enseguida se entrega. Después del susto inicial, vimos que era una lucioperca que dio un peso de 2’3 kg.


A estas alturas de la película Jaime empezaba a desengañarse porque incluso pescando cortados por abajo como mandan los cánones no obtuvimos ninguna picada de lucio. Sin duda las poblaciones lucieras están en regresión ggg.

Pasadas las 15:30 paramos a comer en un rincón abrigado del viento y la sesión vespertina dio lugar a apenas media hora de pesca azotados por un viento que empezaba a ser molesto. Y como no queríamos salir del agua abrazados por la luna… recogimos bártulos y otro día, más.

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Fish another day

Como suele ser habitual la salida de pesca había sido planificada por «The Guardian» con antelación para que no nos faltara de nada. En este ocasión iríamos al santuario donde se rumoreaba que los lucios saltaban al barco con mostrarles un pikie.

En esta ocasión la pesca era lo de menos, Emilio había preparado un arsenal muy típico de Casas-Ibañez que nos iba a quitar «el sentio». Así que tuve que apretar e intentar coger el rebufo de Emilio como buenamente pudiera. Para caldear el ambiente, le envié a Emilio el día de antes un par de fotos que hablan por sí solas.

No hace falta presentación, pero para aquellos nuevos por estas lares, era un bote de almendras fritas y una coca de nueces, pasas y manzana que era lo más parecido a un tomahawk.

Sin más dilaciones, al día siguiente nos dirigimos a tierras manchegas, aunque con algo de retraso porque a nuestro presi se le pegaron un poco las sábanas. Prevenidos de lo que teníamos por delante a nivel gastronómico, Miguel aprovechó el viaje para colocarse una pastillita azul debajo de la lengua, nos cogimos las manos y rezamos un padrenuestro.

Una vez llegados al punto P hora H, Emilio se hallaba calentando motores chupito en mano junto con Gabriel, nuevo socio del club. Miguel y un servidor tomamos algo rápido y salimos hacia la rampa de botadura.

Ya en la rampa tuvimos un pequeño sobresalto cuando haciendo maniobra para la botadura sacamos el vehículo tractor fuera de la pista forestal, en lugar del remolque. Menos mal que no pasó de un susto.

Pocos minutos después, Emilio ya disponía de su embarcación sobre el agua y yo lo seguiría. Iniciamos un agradable paseo aguas arriba en un día soleado y con ganas de sacar un buen lucio.

Empezamos pescando unas puntas y una isla con jerkbaits y pikies, pero por nuestra parte no hubo mucha suerte. Emilio para entonces ya llevaba un lucio pequeñote que no fue digno de foto. Se nota que jugaba en casa.

Violando uno de los 10 mandamientos emilianos, retrasamos la hora del almuerzo a las 11h para pescar un rato más. Poco después nos silbaba desde la orilla opuesta para que fueramos a almorzar.

Emilio aprovechó ese momento para espigolar su pedido de jigs y spinners de Longasbaits que tenía muy buena pinta.

Como se puede observar las cartas ya estaban sobre la mesa para lo que tuviera que caer, pero antes había que almorzar la torta de magras que había recogido esa misma mañana Emilio del horno. Algunos que no conocían la verdadera técnica finesse de Emilio con las viandas estaban ojipláticos al observar su destreza con la navaja al trocear la torta.

Tampoco faltaron los 5 litros de vino blanco de la cooperativa Virgen de la Cabeza de Casas-Ibañez. Aquello era un auténtico festival «Made in The Guardian».

Después de las tortas de magras que cubrían nuestras necesidades de lípidos para la próxima semana, pasamos al postre. Partimos y repartimos trozos de coca, por comer, comío hasta Lucky que no sabía donde acudir.

Como suele ser habitual, el almuerzo deparó una agradable conversación donde los veteranos enseñaban sus armas secretas a los que no lo eran tanto.

También comentamos los problemas de ansiedad de algunos con la competición y como se podía curar con un remedio sencillo y barato: «una buena azaa y un mojuelo con hileras de vid de cerro a cerro».

Retomamos la pesca no sin antes que Emilio hiciera de barman con una ronda de cubatas para todos. Nuestras necesidades de azúcares también estaban ya cubiertas.

Buscamos reculas protegidas del viento, nuestros amigos por una orilla y Miguel y yo por otra orilla. En un momento dato, Miguel que se había pasado la última semana estudiando los vídeos de pesca con jerkbait, tuvo la que sería la picada del día y que nos alegró de sobremanera. Un precioso bass de kilo y medio.

Emilio y Gabriel no se quedaban atrás y por su orilla conseguían sacar un bonito lucio con un crankbait.

Por allí vimos que venía otro barco y nos dimos la vuelta buscando otra recula por donde entraba un río. El agua estaba muy fría, sólo 8ºC y no cambió apenas a lo largo del día.

Luego supimos que Gabriel sacaría otro lucio con una spinner. Este Gabriel apunta maneras, menudo fiera.

Seguimos pescando ya sin resultados e hicimos un tanteo del hambre que teníamos pues ya pasaban las 15h.

Así que decidimos volver por el camino recorrido durante la mañana para buscar una recula soleada y sin viento. El barco de Emilio surcaba las aguas con su flamante motor de 80 libras que daba gusto verlo.

Paramos para comernos la segunda torta de magras con unas vistas preciosas y un día de sol espléndido. Había sido un día que Emilio calificaría «Absolutely no stress». Así que la ocasión volvía a merecer un bridis con el vino blanco traído por Emilio.

Repetimos el mismo protocolo que el almuerzo y llamamos a la ambulancia para que nos esperara en la rampa de botadura con dosis individuales de insulina.

Fue un día magnífico en cuanto a la companía y a la meteorología, y aunque la pesca estuvo algo floja, lo pasamos como solemos decir los «valencians», de categoría.

Sólo me quedan palabras de agradecimiento para Emilio por su excelente acogida como sólo él sabe hacerlo y un placer haber conocido a Gabriel, nuevo socio de nuestro club.

Primer Social Orilla 2013

Bueno ya estamos de nuevo aquí. El primer concurso social desde orilla daba comienzo en las marjales de Xeraco y Gandía. La época del año no era la más apropiada, pero con un calendario de competiciones cubierto prácticamente por completo. No quedaba más remedio que irnos a una de las zonas donde las temperaturas fuesen algo más llevaderas para nosotros como para los propios peces. Pero claro, estos casi dos meses que llevábamos soportando de viento y la bajada repentina días antes de las temperaturas hacia presagiar que la pesca sería dura y tediosa.

Aquí os dejamos una instantánea de los competidores de orilla 2013 con nuevas caras y algunos clásicos.

Eran las 7:30 de la mañana con temperatura de 11 grados y comenzaba a soplar fuerte el maldito viento. Los participantes nos reencontrábamos de nuevo y entre bromas y risas pasábamos a dar comienzo de la primera de las pruebas que nos esperaba este año.

Los chavales nerviosos subían a sus coches en búsqueda de los mejores sitios donde probar suerte. Yo por mi parte viendo que el día seria duro decidí ir a buscar un sitio donde el viento no molestara a los participantes y que tal vez diera mejores resultados.

Finalmente, me acerqué a la parte del río de la zona de Xeraco hacia la playa. Allí una arboleda podría protegernos del viento reinante. Nada más lejos de mi pensamiento, pues ni tan siquiera podía tenerme en pie del vendaval que soplaba. Decidí buscar suerte en otro lugar, hacia el Grao de Gandía, en una acequia protegida de grandes cañares. ¡Qué bien! En este lugar no soplaba tanto el viento. Fui ametrallando la zona en busca de algún Bass que estuviera apostado con ganas de comer, pero nada, la zona parecía desierta.

Ya en mi último lance antes de dejar la zona, se me enganchó el señuelo en unas ramas junto a la orilla. Pensé: «Si alargo el brazo lo desengancharé«. Veo que me falta apenas un palmo para conseguirlo. Me agarro a una gran caña para no perder el equilibrio y me estiro para soltar el señuelo. Cuando de repente oigo un “crack” a mis espaldas, la caña se ha soltado del suelo y yo termino precipitándome dentro de agua.

Solo se salvo de mojarse la cabeza y un brazo, la manga del cual me serviría para secar mi móvil y los mandos del coche para intentar que no se estropearan del agua. Tuve suerte que pude secarlo y que todo siguiera funcionando. Llamo por teléfono a Francisco le comento que me ha pasado y que ya que vivo cerca del lugar me voy a casa a ducharme y a cambiarme de ropa.

Tras mi vuelta a la marjal intento localizar a los participantes y en vista que no los encuentro por la zona del pesaje decido quedarme por allí haciendo algunos lances más antes del pesaje.

Antonio, es junto a David y “los Pacos” de los primeros en aparecer. El Gallego tuvo la mejor suerte pues portaba dos peces que a la postre terminarían dándole el primer puesto.

Omar hace aparición y porta un pez, todos los peces son de tamaño normalito.

El comentario de todos los participantes es prácticamente el mismo. No han obtenido ni tan siquiera una picada. Así que el pesaje fue breve, pues en total sólo el Gallego y Omar consiguieron su objetivo. Fue un día demasiado duro para todos.

El Gallego se alzaba como campeón del primer social de orilla 2013 con dos peces y pieza mayor con un peso de 776 gramos y un total de 1194 gramos. Por su parte Omar con su pez de 410 gramos consiguió el segundo puesto. Todo un triunfo habiendo vivido una mañana tan difícil y dura de pesca.

Tras el pesaje y algunos comentarios de lo acontecido durante la mañana tomamos las pocas fotos que había ocasión de hacer y decidimos dirigirnos a nuestra particular parcelita entre naranjos donde reponernos de las fuerzas y el frío con una comida de amigos. Allí fuimos comentando dónde y con que habíamos pescado o más bien intentado pescar, llegando a la conclusión que la pesca con jigs y con señuelos a fondo movidos muy lentamente fue lo único que hizo mover a algún que otro Bass.

Con nosotros estaban como nuevos este año Miguel, Dani y “los Pacos” disfrutando de la comiday relatando entre risas las anécdotas que nos íbamos acordando. Estos participantes de orilla siguen siendo un año un buen grupo de amiguetes con muchas ganas de aprender y sobre todo, de pasarlo fenomenal.

Hemos de tener en cuenta que todo esto forma parte de algo que para mí es muy importante y no es otra cosa que: «Hacer afición, hacer club”, y estos chavales son la mejor representación de ello.

Gracias a todos y seguir así!

El tío Berni