Atendiendo al clamor popular que exigía una quedada en Contreras, tras un año un tanto soso por la ausencia de competición, nos dispusimos a hacer una salida a finales de noviembre con la posibilidad de pescar bass y lucio. De esta forma, habría un jamón para el bass y lucio de mayor longitud.
Oficialmente la quedada era el domingo, pero ya es bien sabido que una salida de domingo sin la fiebre del sábado noche, no es una salida. Así que fuimos unas 16 personas distribuidas en 4 cabañas de madera las que adelantamos nuestra llegada al sábado para compartir una velada inolvidable. La creación de un grupo de WhatsApp ad hoc para coordinar el evento hizo el resto.
Los más tempraneros fuimos Cisco y un servidor que desde las 9 de la mañana bajo una fina lluvia dimos buenas cuenta de Contreras en aquello que nos dejó. Aconsejados por JR, presidente del Minglabass, botamos nuestra embarcación por La Pesquera sin ningún problema. Gracias, JR.
Sin embargo la lluvia nos acompañaría hasta las 13h.
La primera punta en la que paramos ya nos deparó un lucio que cayó bajo el influjo de un pikie.
Mientras tanto nuestros compañeros Javi el Secre y los Migueles probaban a botar su barco por la rampa de Villargordo. Imposible, aquello era un barrizal que ponía en peligro la vida del artista.
Así que una vez más guiados por JR llegaron a la rampa de La Pesquera con final feliz. También vendrían por esa misma rampa los albaceteños, Mune y Richi, para encontrarnos todos en el agua.
Sin embargo, ya antes Cisco había tenido clavados en su jig hasta 3 buenos basses que se desclavaban como por arte de magia, con el consiguiente enfado que sólo un artista podía escenificar.
Hacía las 13h, aprovechando el parón de la lluvia, dimos cuenta de un delicioso bollo de Requena, de la panadería recomendada por el lugareño Cristian.
Una vez repuesto fuerzas y tras encontrarnos con Javi y Miguel, Cisco, en un cambio de tercio, consiguió subir el primer pez al barco. Esta vez un lucio suspendido a medias aguas que zafó el señuelo a la caída..
Como se puede observar este lucio mostraba un aspecto escuálido, con una cabeza desproporcionada con su cuerpo.
Las horas de pesca de la tarde depararon una bonita captura a los chicos de Harvard. Richi, en un certero lance a la mata con un pikie de Storm, hacía salir un pepino de Contreras que pasaba sobradamente los 2 kilos.
Un pez rechoncho y precioso que era el premio al esfuerzo para estar ese día en el agua. Con este pez y un portaaviones llegando a puerto entre dos luces con las luces de navegación a todo color, dábamos por terminada la jornada de pesca del sábado.
En Kiko Park nos esperaban Fede y Gonzalo, junto con Sabalete, Héctor y Nuria que ya habían llegado por la tarde.
Más tarde llegarían María José y Andrés, y por último Jorge Garper que no quiso perderse el evento nocturno.
La cena, una asado argentino, fue puesta en manos de Gonzalo que se ofreció a deleitarnos con las bondades culinarias de su tierra, ¡muchas gracias, Gonzalo!
El entrante fue el típico choripán de la cocina argentina, un chorizo parrillero asado con pan, acompañada de la salsa conocida como chimichurri. Para muestra unos botones:
Después de este entrante vendrían los platos principales, costillas y cadera de ternera (si no me equivoco).
Una carne deliciosa al punto de asado por Gonzalo y acompañada de unos caldos valencianos seleccionados por Cisco.
El postre fueron dos bandejas de delicioso tiramisú elaborado por Maria José que se pasó la tarde en su preparación.
Después de la cena vendrían las rondas de copichuelas, oséase gin tonics para todos. El relato de anécdotas relacionadas con la acción de pesca se enlazaban unas con otras, aunque tengo que confesar que, a falta de Sabalete por baja médica, el alma de la fiesta fue Richi.
Cuando ya nos dolían los abdominales de tanto reírnos, llegaron unos osados teenagers (jovenzuelos, o en lengua navarresa, muñacos) con ganas de fiesta que celebraban el cumpleaños de una de ellas en petit comitè. Richi, curtido en una y mil batallas, los recibió con un engatusador: «Chicos, ¿de qué quéreis una copa?».
La sucesión de acontecimientos quedará en la retina de todos los asistentes. Desde un hombre casado y con hijos haciendo culito con culito con la cumpleañera para explotar un globo, hasta una lamentable coreografía al estilo Chayanne que os dejamos aquí para vuestro disfrute.
Se puede observar como Fede, extemporáneo, observa atónito la escena, mientras Richi jalea a nuestro bailarín, Kake. Ya os podéis imaginar el prefijo que da pie al cachondeo.
A continuación os dejamos un segundo vídeo que da una mejor idea del ambiente que allí se vivió. Fue tal el ambiente que Cristian, que ya se había ido a hacer un servicio, a petición de la cumpleañera volvió para acabar la velada a nuestro lado.
La propuesta de los teenagers para actuar en nuestra cena de fin de temporada fue declinada por razones obvias.
A la mañana siguiente, una procesión de 8 barcos nos dirigimos a la rampa de La Pesquera para batirnos el bass y lucio jamoneros:
Héctor y Sabalete
Maria José y Andrés
Miguel y Cisco
Jorge Civera y Jorge Garper
Taxi Driver Team
Félix, Félix Jr. y Chincheta
Fede y Gonzalo
Richi y Mune
Para nuestra sorpresa, Javi y Miguel se quedaron en Kiko Park limpiando el coche… Por último, Vicent y Paul se quedaron en la rampa de Villargordo pescando de orilla.
La primera captura de bass fue realizada por Gonzalo, un bass de 54 cm que no llegaba a los 2 kilos, pero que se convertiría en el bass jamonero. ¡Enhorabuena, Gonzalo!
Seguidamente, Sabalete, que había aprovechado la noche anterior para dormir y recuperar fuerzas, sacaba un pez válido con su senko Freixenet.
Por otra parte, los que nos dedicamos al lucio tuvimos múltiples picadas. Félix y Chincheta tuvieron un buen lucio en la otra parte de la línea, pero se enramó. El Taxi Driver Team consiguió una captura justita, justita de la medida.
Por último, Jorge Garper y un servidor estuvimos disfrutando de la efectividad de los señuelos Westin. La primera captura por Jorge dió 74 centímetros con un Hypoteez Buzz ‘N Blade.
La segunda captura y lucio jamonero se consiguió con un Shad Teez de Westin de 22 cm haciendo dientes de sierra por el fondo.
Este señuelo ya me había dado buenos resultados en mis entrenamientos para el Open de Lucio en el embalse de Orellana.
Hubo una captura adicional por Vicent que superó sobradamente el metro de longitud, pero tuvo que ser desestimada por presentarse más tarde la hora límite.
Ya sólo restaba sentarnos todos alrededor de una mesa para disfrutar de la compañía y comentar las mejores jugadas de la jornada.
Tras la comida llegó la entrega de los premios al bass y lucio jamoneros. Gonzalo salía a recoger su merecido premio bass jamonero, un vale de 50 euros en productos de las marcas Westin, Seaspin y Fish-Action que son distribuidas por Jorge Garper del Rincón del Pescador.
Por mi parte el cronista era el afortunado del premio al lucio jamonero.
Seguidamente se hizo una rifa de 10 productos de las marcas distribuidas por Jorge Garper entre los socios que asistieron al evento. Aquí os dejo las fotos de los agraciados.
Las últimas palabras de esta crónica son de agradecimiento a todos estos socios que de forma desinteresada trabajan por y para el club de forma que todos los asistentes puedan disfrutar. Una vez más, una quedada inolvidable en Kiko Park.
Hacía tiempo que pensaba en la posibilidad de volver a participar en un Open de Lucio, pero lo habíamos ido dejando pasar por restricciones mayormente laborales. Sin embargo, la llamada de Miguel el Presi para participar de la mano del patrocinio de Westin a través de su distribuidor en España, Garper Fishing, fue el detonante que nos lanzáramos a la aventura de la pesca otoñal en embalses extremeños.
El primer escollo en el camino era el hecho que yo el viernes de antes del Open de Lucio volvía de un vuelo de Bruselas a las 18:00h. Así que tendría que conducir 7 horas con el barco a cuestas para llegar a Orellana la Vieja de madrugada, una locura cuando al día siguiente teníamos manga a primera. Esta posibilidad la descartaba, a pesar de conocer el caso de valientes que conducían toda la noche a base de Red Bulls para llegar a destino a la mañana siguiente.
En ese momento comencé a tramar un plan para poder llevarme el barco con antelación y hacer más llevadero el viaje al Open. Desde aquí tengo que reconocer la inestimable ayuda de nuestro socio, Antonio Fernández Toboso alias el Chincheta, para que este plan fuera un éxito. Mil gracias, Chincheta. Así que compatibilizando mis quehaceres docentes con las necesidades logísticas, aproveché el acueducto del 9 al 12 de octubre para llevarme el barco a tierras extremeñas.
Como en ocasiones anteriores, permiso CHG trimestral (octubre, noviembre y diciembre) y desinfección del barco eran absolutamente necesarios.
Por otra parte, tenía que encontrar los compañeros de viaje que me acompañaran en la aventura. De esta forma y tras largas negociaciones, el plan de pesca quedaba claro:
Fecha
Embalse
Compañero
08/10
Cijara
Mune
09/10
Cijara
Mune
10/10
Orellana
Andrés Casado
11/10
Orellana
Andrés Casado
12/10
Orellana
Andrés Casado
29/10
Orellana
Miguel García
30/10
Orellana
Miguel García
31/10
Cijara
Miguel Franco
01/11
Cijara
Miguel Franco
El cansancio del largo camino desde Valencia se esfumó a la vista del embalse de García de Sola que tan buenos recuerdos me traía.
El día acabó como suelen terminar los días en Extremadura, alrededor de una mesa y con la mejor compañía.
Los primeros dos días en Cijara no fueron tan productivos como pensábamos y finalmente acabamos pescando con crankbait y paseante en puntas con acceso al cauce principal. En todo caso, algunos keepers sacamos.
Una foto para el recuerdo de la visita del Valencia Bass Club a Cijara.
Sin embargo, los mejores y más espectaculares picadas salieron con paseante.
Tras despedirme de los albaceteños, tomé camino hacia Badajoz para detenerme en Orellana La Vieja. Allí, tras dejar el barco en la cochera que el bueno de Chincheta me había buscado, fuí al encuentro de Andrés que descansaba en el Hotel Rural que habíamos reservado.
El reencuentro con Orellana, embalse que no visitaba desde hacía varios años, fue muy interesante. Tuve la oportunidad de volver a recordar el embalse y conocer la zona más allá del puente de Cogolludo, que estaba prohibida la última vez que lo visité.
El primer día, después del fin de semana, los lucios no dieron la cara y creo recordar que sólo saqué uno, mientras que Andrés sacaba varios. El segundo día disfrutamos por la cantidad de picadas, algunas convertidas en lucios de 3 a 4 kilos. Afortunadamente, algunos de los mejores lances fueron inmortalizados por la Xiaomi Yi.
El último día la lluvia nos acompañó en las primeras horas del día y lo que yo pensaba que sería una jornada de pesca fructífera por las condiciones climatológicas, no fue así. A la hora de comer, cerramos la paraeta, dejamos el barco en boxes y nos volvimos cada uno a nuestra casa.
Open de Lucio
Finalmente llegó el viernes 28 de octubre, el día que salíamos para Orellana para participar en el Open de Lucio. Ese día volvía de un viaje a Bruselas y para colmó el vuelo se retrasaba en su llegada a Valencia. Así que a las 20:00h salíamos de Buñol para Orellana la Vieja. Tras 5 horas de viaje en la más absoluta nocturnidad, llegábamos a nuestro destino. Nos alojamos en el piso que me buscó el Chincheta (¡mil gracias por todo!) y descansamos plácidamente para comenzar el primer día de competición.
Miguel volvía a la competición un tanto tocado físicamente, pero con mucha ilusión de volver a pescar en Orellana.
Como en todas las competiciones, la salida fue una locura sorteando estelas y barcos hasta que llegamos a la punta elegida más allá del puente de Cogolludo. Los primeros lances nos depararon muchas picadas que no éramos capaces de materializar, hasta que Miguel fue capaz de clavar el primero que subió al barco.
El resto de la jornada depararía alguna picada más y alguna cola de pikie cortada, pero era imposible de clavar por su sutileza. En ese momento pensé que otro año ya se me ocurriría algo para que esto no se volviera a repetir.
Al final de la jornada llegábamos a pesaje con un único pez y con un sabor agridulce de haber podido hacer un cupo sobradamente.
Por la noche, Pablo, encargado del campo de tiro de Orellana, nos deleitó con una caldereta de cordero deliciosa.
El segundo día, como suele ser habitual, fue mucho más duro con peces que estaban resabiados después del día anterior. Sin embargo, en esta ocasión fuimos capaces de clavar más peces. Miguel haciendo uso del Hypo Teez de Westin que imitaba un pequeño lucio conseguía la primera captura.
En mi caso sería con un Shad Teez de Westin en un lance largo y profundo sobre la punta.
Ya a última hora y a la desesperada me puse a batir orilla con crankbait y conseguimos la segunda captura. Con esto llegábamos a pesaje con 2 peces.
Desde estas líneas agradecer a Westin a través de su distribuidor en España, Garper Fishing, su patrocinio en este Open de Lucio brindándonos la oportunidad de volver a la competición.
Con la cena de entrega de trofeos cerrábamos nuestra participación en el Open de Lucio 2016 deseando volver al año que viene.
Nuestro Presi tuvo la suerte de llevarse una caña en la rifa posterior a la cena.
Despedida en Cijara
Al día siguiente, nos levantábamos y nos dirigíamos a Cijara para despedir este tour por tierra extremeñas. Mi compañero Miguel llegaba a la rampa de Cijara minutos después de que empezara a preparar el barco para su botadura.
El primer día de pesca era un lunes después de un fin de semana y los peces lo acusaron significativamente. Fuimos a buscar las bolas de alburnos, pero sólo salieron peces palmeros, y la pesca rápida no daba ni una sola picada, una auténtica ruina.
Sin embargo, el segundo día la cosa cambió y pasando a pesca lenta y finesse, los peces fueron subiendo al barco. Primeramente, dos peces de 1.5 kg, después peces de talla (keepers) y finalmente tras perder un buen pez con un jig, llegó el premio a la perseverancia. Lanzo el drop-shot sobre una punta y en la caída noto la picada. «Miguel, salabre que éste es bueno». Después de varias arrancadas bestiales, conseguimos cansar a la bestia con la fortuna de que Miguel estuviera al quite para ensalabrarlo antes de que cayera desclavado dentro. La suerte nos acompañó para que os pueda mostrar mi pieza mayor de Cijara hasta el momento, 2.4 kg. Un precioso pez.
Y con esta captura nos despedimos de tierras extremeñas que nos dejaba tan buen sabor de boca, iniciando el éxodo a casa.
Esta crónica ha intentado resumir unos días de pesca intensos que esperamos poder repetir pronto, seguramente en la primavera de 2017. Mientras tanto, nos vemos en el agua.
Anteriormente, en la crónica del Caspe Bass 2016 comentábamos que este año está siendo un año atípico con respecto a competiciones debido a la situación que estamos viviendo por la sentencia judicial que establece el sacrificio de algunas especies, entre ellas el bass y el lucio.
La acertada suspensión de las competiciones sociales en nuestro club debido a la fuerte oposición de la Consellería de Medio Ambiente de la Comunidad Valenciana a que podamos practicar la pesca y posterior devolución al agua de nuestros peces, ha hecho que quisiéramos recuperar las sensaciones que ofrece la competición y que nos planteáramos el asistir a la competición nacional de lucio por excelencia: el Open de Lucio, que se celebra en el extremeño embalse de Orellana el 29 y 30 de octubre.
En esta ocasión, mi habitual compañero David García no podía acompañarme así que le propuse a un compañero del trabajo, aficionado a la pesca, que me acompañara. Paul no había asistido nunca a una competición ni tampoco había pescado ningún lucio anteriormente, por tanto, la ilusión y ganas que tenía era tremenda.
Como en cualquier competición, la preparación era fundamental para afrontarla de manera que se minimicen los contratiempos y tratar de obtener resultados. Por una parte, había que preparar el material necesario para pescar y para manipular al lucio. Por otra parte, dedicamos tiempo a estudiar y obtener información del embalse para decidir dónde pescar.
Buena parte de la preparación del material la hicimos gracias a la colaboración de Fish Action, cuyo distribuidor en España es Jorge “Garper” García, sobradamente conocido en el Valencia Bass por ser uno de los principales patrocinadores de nuestro club y por ser propietario de la tienda “El Rincón del Pescador”.
Con respecto al embalse de Orellana, los límites de navegación habían sido ampliados unos 3 años atrás, permitiendo navegar más allá del famoso puente de Cogolludo. La última vez que estuve en Orellana fue en el Open de Lucio del 2009 por lo que el escenario duplicaba su longitud… Se abría ante nosotros un sinfín de zonas desconocidas.
El tiempo pasó lentamente pero el día de salir hacia el Open llegó. Nos alojamos en el Hotel La Codorniz (Puebla de Alcocer, Badajoz), situado a unos 30 minutos del embalse de Orellana donde la calidad de la comida y el excelente trato humano fue lo que hiciera que optáramos por quedarnos allí pese a haber otras opciones más cercanas.
Llegamos el viernes 28 de octubre sobre las 21h, desenganchamos la barca, descargamos los bártulos en la habitación y, a continuación, nos dispusimos a disfrutar de una cena que llevaba desde el 2009 esperando. Por supuesto, no defraudó.
Primera manga
En esta edición del Open de Lucio hubo 87 embarcaciones participantes, muchas de ellas amplias conocedoras de las mejores zonas del embalse por lo que nuestro objetivo era pasarlo lo mejor posible sin ningún tipo de presión. Evidentemente queríamos pescar y competir, pero quien haya estado en un Open de Lucio sabe que es una competición especial y que no sólo se acude a competir sino a disfrutar de todo lo que la envuelve.
Para no variar, la llegada a la playa de Orellana fue un suplicio, con callejuelas estrechas y mal indicadas. Todo un laberinto… Nuestra “visita” por las calles de Orellana fue de unos 45min debido a la imposibilidad de maniobrar con el remolque pero, finalmente, conseguimos salir de allí y encontrar el dichoso letrero tamaño folio A4 que indicaba la playa…
Al llegar, desinfectamos la barca y recogimos la documentación de manos de la Organización. Metimos la barca en el agua y aparcamos el coche. Ahora sí que estábamos listos para la aventura!!
No teníamos ni idea de dónde estarían situados los lucios, ni la profundidad, ni los señuelos que preferirían, y ello inquieta a cualquier pescador de competición.
El sorteo de la salida de embarcaciones deparó que saliéramos en la tercera tanda. Tras salir vimos que las zonas “clásicas” del Open continuaban siendo escogidas por los pescadores que salieron antes que nosotros así que paramos donde vimos que no había nadie en una playa con grandes piedras. Nada más llegar, navegamos lentamente con el motor de explosión hasta que encontramos en la sonda lo que buscábamos bajo el agua…
En el Open de Lucio es bastante importante el disponer de una sonda de calidad que permita ver “lo que se cuece allá abajo”. El lucio en Orellana suele situarse en profundidades de entre 8 y 20 metros de profundidad, siendo muy difícil su localización sin una herramienta de este tipo.
Por fortuna para nosotros, la primera picada no tardó en producirse. Fue en apenas 5 lances pero no se clavó. Parece que acertamos la zona de pesca dado que en aproximadamente hora y media metimos los 2 primeros lucios en el vivero, perdimos otros 2 (uno al lado del salabre) y tuvimos 2 picadas más que no se clavaron. Estábamos alucinando con la actividad que había… No esperábamos que los lucios estuvieran tan activos y que diéramos con ellos a las primeras de cambio.
Durante la manga pescamos zonas que conocíamos y probamos otras nuevas. Sacamos varios lucios que no llegaban a la medida mínima de 55cm y, finalmente presentamos al pesaje 3 lucios, siendo 4 el cupo permitido. No eran lucios muy grandes, pero habíamos cumplido los objetivos del día: divertirnos y que Paul pescara su primer lucio.
La manga terminó para nosotros a las 17:40h pero ahí no se había acabado el día. Nos quedaba disfrutar de la excelente comida de la Codorniz, que regada por abundante cerveza hizo que esa noche durmiéramos plácidamente. También tuvimos la fortuna de conocer a nuevos amigos que hicieron que este tipo de experiencias valgan más la pena todavía.
Segunda manga
Había llegado la segunda manga y unos problemas logísticos hicieron que el archiconocido Mario Asensio tuviera que proveernos de hilo trenzado para poder continuar la competición con unos mínimos.
Salíamos de los últimos y ya sabíamos que después del tute que se le había dado al embalse el día anterior la pesca estaría complicada, así que tomamos la decisión de explorar nuevas zonas de pesca más allá del puente de Cogolludo.
Nuestra primera parada no fue fructífera pese a ver lucios y abundancia de peces pasto en la sonda. Navegamos hacia la cola y paramos en un cortado que terminaba en una punta y que tenía buena pinta. De nuevo, acertamos con la zona ya que durante los primeros 15 minutos sacamos en el mismo punto los dos primeros lucios del día, que eran un poco más grandes que los del día anterior. Por desgracia, uno de ellos no se encontraba en buenas condiciones físicas y optamos por desplazarnos rápidamente al pesaje intermedio que estaba a punto de abrirse. Entre ir a pesaje, pesar y volver al sitio donde habíamos sacado los peces pasaron 60 minutos de reloj y los lucios cesaron en su actividad… O no estaban o no supimos sacarlos.
Tras probar en tres sitios diferentes sin obtener ni una triste picada fuimos directos a una zona que sabíamos que habrían muchas embarcaciones pero que es una zona donde se pueden sacar algunos lucios con paciencia y buen hacer. Allí, en las 2 horas que estuvimos conseguimos sacar los dos lucios que nos faltaban para el cupo, uno de ellos con una brutal picada a escasos metros nuestros. Pescábamos tan despacio y de forma tan monótona que en vez de lucios parecía que estábamos pescando sepias en el mar… O como dicen unos amigos maños, utilizamos “la técnica de lanzar y ahí te pudras”.
Tras la visita a algún punto de pesca más, el Open había terminado para nosotros y nos dirigimos al pesaje. Habíamos hecho los deberes y estábamos muy satisfechos.
Hicimos algo más de 15.000 puntos con nuestro cupo de lucios. La cara de satisfacción de mi compañero Paul en el pesaje resume el buen día que tuvimos y la experiencia vivida en su primera competición que, a buen seguro, no olvidará.
Como decía anteriormente, el Open de Lucio es una competición diferente a lo que estamos acostumbrados a vivir en las de bass. El tipo de pesca no tiene nada que ver ya que el lucio se pesca a mucha profundidad y tiene picos de actividad, tal vez un par durante el día y si estás navegando durante ese pico de actividad, las posibilidades de sacar lucios se reduce. Como dice un buen amigo extremeño, “puedes estar 6 horas sin picada y luego en 30 minutos hacer el cupo”. Por esta experiencia y por otras anteriores, podemos dar fe que esto es así.
En resumen… Quién no haya ido al Open de Lucio y le guste la pesca del lucio, vale la pena que se lo piense y acuda a disfrutar de esta competición al menos una vez. El Open es el Open. Personalmente, es la competición que más me gusta. Más que ninguna otra de bass.
Tras finalizar la manga, nos duchamos y fuimos a la cena de entrega de premios, donde tuvimos la oportunidad de conversar con algunos conocidos del mundillo de la pesca que no habíamos podido coincidir durante los dos días de competición.
Cenamos en compañía de nuestros compañeros del Valencia Bass, Miguel García y Jorge Civera que también acudieron al Open, además de Jorge “Garper” García que acudió en representación de dos de las marcas que distribuye: Fish Action y Westin.
El Open fue ganado por el incombustible Fran Pérez y su compañero. Fran ha conseguido ganar el Open en 5 ocasiones… Ahí es nada. Por nuestra parte, conseguimos quedar en la posición 27 de entre 87 embarcaciones. No estuvo mal la cosa pero, sin duda, lo mejor de todo fue la compañía de Paul, donde viví de primera mano su primera experiencia en competición y cómo se le iluminaba la cara con cada cosa que estábamos viviendo.
Llegó el lunes por la mañana y nos quedaba la triste vuelta a Valencia y a la realidad. Habíamos pasado unos días espectaculares por tierras extremeñas. Antes de partir aprovechamos para comprar el excelente queso de la zona: Torta de la Serena y otro queso de Cabeza del Buey. En la vuelta, nos acompañó Miguel García, el presi, ya que su compañero Jorge aprovechaba que al día siguiente era festivo nacional para seguir pescando y disfrutando de los parajes extremeños.
Un año más hemos asistido como club al Open de Lucio en Orellana la Vieja (Badajoz). Como todos los años, agradecer desde aquí a la organización su buen hacer. Además este año estrenaban Junta Directiva y se ha mantenido el nivel de otros años.
La recepción, y la entrega de plicas y salida se realizó el viernes en el hotel Acueducto en Acedera, pudiendo disfrutar de una cena por cortesía del ayuntamiento de Orellana. Nos reencontrarnos con viejos amigos del Open de otros años y con los inseparables año tras año. Hemos notado y mucho la falta de nuestro compañero José Luis Segovia, que este año ha decidido coger fuerzas y no acompañarnos. Te esperamos el año que viene «Tapi».
El Open tiene un secreto. No es otro que disfrutar e intentar mejorar cada año. Quitando los 10 primeros y la pieza mayor, el resultado es indiferente y da igual estar el 11 que el 88. Con esa filosofía nuestra participación es disfrutar cada minuto, pasar dos jornadas intensas de pesca y si suena la flauta, mejor (algún año seguro que suena). Como ya lo ha hecho a nuestros compañeros de equipo Antonio Muñoz y Andrés Casado que ya saben lo que es estar en lo más alto, por eso sufren un poco más, pero al final predominan las risas y los buenos ratos.
Este año en la primera manga pudimos hacer un pesaje intermedio con un buen pez, y lo más importante, no hacer bolo en las dos mangas.
El segundo día y con sólo dos peces presentados, el primero fuimos a por el más grande, y no dimos con él. Por cierto, el año que viene que acoten el puente de Cogolludo y que se haga allí el campeonato, nunca he visto más densidad de barcos por metro cuadrado. Aunque como son las cosas, el open se gano en otro sitio, aunque quien no se movió del puente pudo presentar muy buen pesaje.
El sábado por la noche, como novedad disfrutamos de una caldereta espectacular por cortesía de Pablo (tiro al plato Orellana) y de muy buena compañía.
El domingo tras la manga disfrutamos de la entrega de premios y a casa de nuevo pensando en el próximo Open que esperemos que sea por lo menos igual.
Nuestra enhorabuena a los ganadores (Fran Pérez y compañero), igualmente a Antonio Maroto y Rafa, Blas y Jorge Valverde, Mario, bueno y en definitiva a los top ten por poner tan alto el nivel del evento.
Nos encontramos en un año en el que desgraciadamente los pescadores deportivos nos encontramos perseguidos por las administraciones y por determinados grupos ecologistas, hasta el punto de querer considerarnos como delincuentes por el simple hecho de practicar una afición sana como es la pesca y de querer practicar la devolución de nuestros queridos peces a su hábitat natural tras su captura, llegando hasta el punto de manifestarnos en Madrid, como todos sabéis.
Todo ello ha conllevado a la directiva de nuestro club haya determinado sabiamente la supresión de las competiciones sociales que se venían realizando desde hace unas dos décadas, por el bien del club y de todos sus socios.
Ahora ya tenemos gobierno de forma oficial y en el Ministerio de Medio Ambiente repite Dª Isabel García Tejerina, que se comprometió en el mes de junio con la Plataforma en Defensa de la Pesca a resolver con un Real Decreto las inquietudes que tenemos los pescadores como nosotros. Por tanto, ya ha empezado la cuenta atrás para recuperar el derecho que nos pertenece de practicar libre y legalmente nuestro deporte. Aquí tenéis el vídeo del compromiso que le consiguió arrancar Jesús Expósito, presidente de AEBass, a la ministra:
Tras la suspensión de los sociales, la temporada se ha quedado un poco huérfana de ese gusanillo adicional que va más allá de una salida de pesca y que, generalmente, proporciona el participar en una competición por lo que, faltos de ese veneno que corre por las venas decidimos (David García y Vicent Castellano) en el mes de julio que queríamos recuperar sensaciones y asistir a alguno de los opens que ofrece el panorama nacional celebrados en comunidades autónomas donde la sentencia judicial que todos conocemos todavía no era de inmediata aplicación hasta que no se publicaran las respectivas órdenes de veda debido a que las órdenes de veda vigentes en esas comunidades eran más benévolas con el bass a diferencia de lo que ocurre en la Comunidad Valenciana, donde se exige su sacrificio desde el 2015.
Algunas de esas comunidades son Aragón y Extremadura, auténticos emblemas de la pesca continental en España, sedes de grandes competiciones conocidas por la mayoría de pescadores deportivos de bass.
Después de valorar fechas en el calendario que se acoplaran a nuestros respectivos compromisos laborales, decidimos acudir al mítico Internacional Caspe Bass (embalse de Mequinenza), competición de bass que fue el punto de referencia en toda Europa donde han participado ilustres pescadores como Kevin Van Dam, Gerald Swindle, Gary Yamamoto, Seiji Kato, Stefano Samarchi, entre otros, pero que debido a la expansión de otras especies como el siluro o la lucioperca vio mermada la población de bass e hizo que, principalmente, se convirtiera en una competición donde había un altísimo porcentaje de pescadores locales. Con el paso de los años, esta célebre competición parece que está recuperando el prestigio gracias al declive del siluro y a la reconquista del bass en gran parte del embalse.
Así, que tras contactar con la A.D. Caspe Bass, formalizamos la inscripción y empezamos a preparar la competición. Había mucho que preparar debido a que la última vez que alguno de los miembros de la pareja estuvo en el embalse fue en el año 2005 donde, además, la distribución de los peces en un embalse de más de 50 km de longitud, habría cambiado sustancialmente.
Foto: Integrantes de los equipos SONER del año 2005 entre los que se encuentran varios miembros del Valencia Bass Club (Pepe Peral, Nacho Revert y Vicent Castellano).
El Internacional Caspe Bass, probablemente sea la competición más dura que ofrece el panorama nacional al celebrarse durante 3 días consecutivos con 10 horas de pesca por día, precisando no sólo de esfuerzo físico sino mental. En esta ocasión se celebraba los días 21, 22 y 23 de octubre.
Finalmente llegó el día y la ilusión que teníamos era tremenda después de muchos meses sin sentir las sensaciones que proporciona la competición.
Durante la larga espera entre la inscripción y la competición solamente hubo una cosa que nos mantuvo bastante inquietos. Se trataba del alojamiento. La opción más cómoda era la de alojarse en el Camping Lake Caspe, desde donde antiguamente se daban las salidas de las mangas del Internacional Caspe Bass pero que años más tarde se trasladó a la zona del Mas de la Punta, zona más cercana a la presa del embalse de Mequinenza.
Sorprendentemente, tras llamar al camping para tratar de reservar nos encontramos con que se nos exigía una reserva de un mínimo de 5 noches por bungalow y nosotros solamente estábamos interesados en quedarnos 3 noches por lo que no pudimos formalizar la reserva hasta apenas 6 días antes de la competición.
Podríamos decir que la espera valió la pena pero no fue del todo así… Por una parte, era una gozada disponer de un bungalow suficientemente amplio y con espacio para tener al lado la barca y el coche, con la comodidad que ello implica. Por otra parte, al llegar vimos que en el bungalow no había nada para fregar los platos, ni papel, ni nada por el estilo. Realmente era culpa nuestra no haber ido preparados pero creo que veníamos pensando en que sería como en el Kiko Park donde sí que hay algunos de estos elementos.
Llegamos al camping el jueves a la hora de comer, donde coincidimos con otros compañeros del Minglabass y con Miguel Muñoz, más conocido como Miguel “el del Velero”.
Durante la primera hora de la tarde terminamos de preparar la barca, las cañas, la comida de los 3 días siguientes y también nos acercamos al pueblo de Caspe a realizar algunas compras para el bungalow.
Tras dejarlo todo preparado, nos dispusimos a asistir a la presentación de la competición que se celebraba en el Museo de la Pesca de Caspe donde pudimos reencontrarnos con viejos compañeros y amigos que hacía largos años que no nos veíamos, aunque también aprovechamos para ponerle cara a algunos otros que conocíamos por el Facebook y que no conocíamos en persona.
Fuente: A.D. Caspe Bass
Tras la presentación, nos retiramos a nuestra morada para cenar y tratar de acostarnos pronto para descansar lo máximo posible ante el inminente comienzo de una competición en el “Mequinfierno”, tal y como llaman al embalse los pescadores locales.
Primera Manga
El sorteo había deparado que saliéramos en la tercera tanda de embarcaciones que se agrupaban de 10 en 10.
Ciertamente, uno se encuentra bastante perdido cuando tiene ante sí 50km navegables para pescar. Aproximadamente había unos 25km hasta la presa y otros 25km hasta la cola donde la Organización había delimitado la zona de navegación.
Dado que ninguno de los dos habíamos pescado en el embalse desde el año 2005 tuvimos que pedir consejo a algunos conocidos de la zona, llegando a la conclusión (no sé si equivocada) de que en la zona de la presa había más cantidad pero menos calidad de basses, en la zona media había buena población pero algo más de calidad y en la zona de la cola menos cantidad pero mejor calidad.
Pese a la información anterior, nos encontrábamos más perdidos que “Falete en un Naturhouse”, así que optamos por iniciar esta primera manga en la zona media, parando en una de las primeras reculas que vimos que nos causó buenas sensaciones.
Apenas a los 10 lances de comenzar a pescar llegó la palabra que todo compañero quiere escuchar: “¡¡¡¡¡¡¡¡SACADERAAAAAAAAA!!!!!!!!”. Por desgracia se trataba de una especie no válida para la competición y desconocida para nosotros hasta el momento. Se trataba de una perca fluviatilis. Al siguiente lance otra perca fluviatilis nos sorprendía y nos volvía a hacer caer en el error de coger la sacadera.
Nos habían advertido que había abundancia de esta especie por todo el embalse y que era una especie muy similar al bass pero muy agresiva y que confundía a menudo con su picada e inducía a error pensando que era un bass.
Cuando apenas llevábamos 15 minutos de empezar a pescar clavamos nuestro primer bass que midió 30,2cm siendo la medida mínima de 30cm. Lo metimos en el vivero con la esperanza de que no menguara tras 10 horas en el vivero y que no tuviéramos que devolverlo al agua sin pasar por pesaje.
Para no extendernos en demasía, fueron pasando las horas sin sacar más basses pero estuvimos bastante amenizados por las constantes picadas de percas fluviatilis que teníamos en cada punta de entrada a recula del embalse. Daba igual el señuelo y la profundidad, este animal estaba repartido por todas partes.
Sobre las 13h tuvimos una potente picada que esta vez sí alertó al compañero para coger la sacadera rápidamente. Esta vez no era otra perca sino que era un bass de aproximadamente 1500gr que hizo que nos alegráramos mucho.
Lo mejor de todo fue que sacamos nuestro segundo bass en el mismo tipo de ubicación y cobertura que el que habíamos sacado a primera hora por lo que creímos que podíamos haber encontrado el patrón.
No nos habíamos equivocado con el patrón dado que una hora más tarde sacamos nuestro tercer y último bass de la manga en el mismo tipo de ubicación y cobertura. Tenía aproximadamente 1200gr.
La última parte de la manga abandonamos la zona media y nos fuimos hacia la cola para ver si en aguas más sucias podíamos encontrar algún pez activo pero no obtuvimos fortuna y nos presentamos en el pesaje con 3 basses que pesaron algo más de 3kg y nos permitieron alcanzar el Top 15 en la clasificación general.
Fuente: A.D. Caspe Bass
La primera manga fue ganada por Fernando Rúa y Adrián Torres, campeones del Internacional Caspe Bass en 2015 con algo más de 10kg, algo impensable años atrás, lo que les daba mucha ventaja sobre el resto de participantes.
Segunda manga
El sorteo para la salida había deparado que en esta segunda manga saliéramos en la primera tanda de 10 embarcaciones, por lo que teníamos bastantes sitios para elegir.
Se rumoreaba que Fernando y Adrián el día anterior habían salido en la última tanda y que habían pescado en dirección al Camping Lake Caspe donde el agua estaba algo más tomada y aparentemente había algo menos de presión de pesca. Generalmente los rumores muchas veces son falsos, y todavía a día de hoy no tenemos la certeza de que fueran ciertos pero tomamos la decisión de ir en dirección camping a algunas reculas que habíamos visto el día anterior y que nos causaron buenas sensaciones.
A diferencia del día anterior, el cielo estaba muy nublado, con ligero viento y con algo de lluvia.
Empezamos pescando en varias reculas que estaban a medio camino entre el Mas de la Punta y el camping con la esperanza de sacar algún bass en las primeras horas. Por desgracia para nosotros no fue así, pues solamente logramos capturar percas fluviatilis y alguna que otra lucioperca.
Tras haber perdido las primeras horas del día decidimos bajar a la zona media donde cerca de donde sacamos dos basses el día anterior, buscando a conciencia el mismo tipo de cobertura y profundidad. Pronto vimos que los basses no habían cambiado pese a la meteorología cambiante y que seguían allí.
Fuente: A.D. Caspe Bass
En corto espacio de tiempo y tras ir rápidamente con la barca de zona en zona buscando esos puntos en concreto, conseguimos hacernos con 3 basses, que si bien no eran grandes, sí que eran válidos para la competición.
A mitad tarde volvió a cambiar repentinamente el tiempo. A primera hora llovió y luego se mantuvo nublado y sin viento pero a última hora se giró fuerte viento con algo de lluvia. Cambiamos de forma de pescar tratando de aprovechar el cambio de tiempo y estuvimos muy cerca de lograr nuestro cuarto bass pero la mala fortuna quiso que ese bass no se clavara bien y no subiera a la barca, quedándonos en 3.
Al haber salido en la primera tanda también debíamos volver los primeros y consideramos que nos perjudicó ya que otras barcas tuvieron 30-40 minutos más para pescar en esas condiciones que nos parecían propicias para la pesca porque creíamos que iba a haber un pico en la actividad del bass. Ahora ya nunca sabremos si hubiera resultado o no.
Finalmente, llegamos a pesaje con el mismo número de basses que el día anterior y, pese a que los de este día eran más pequeños, nos sentíamos muy satisfechos porque habíamos encontrado un patrón sólido que nos dio peces dos días seguidos. Lo malo es que no conocíamos el embalse y perdíamos mucho tiempo navegando para buscar zonas similares, equivocándonos continuamente.
Fuente: A.D. Caspe Bass
La manga fue ganada por Rubén Tarazona y Javier Guillén, que habían pinchado el día anterior pero que se resarcían con un pesaje de algo más de 9kg y que les permitía subir bastantes puestos en la clasificación general.
Por nuestra parte, habíamos bajado algunas posiciones pero nos manteníamos en el Top 20.
Tercera manga
Durante el día anterior habíamos hablado con algunos compañeros que nos decían que habían conseguido sacar basses grandes en superficie a primera hora. Cualquier pescador con algo de experiencia sabe que eso no es un gran secreto pero nosotros hasta entonces no habíamos tenido fortuna con los basses grandes.
En esta última manga el tiempo volvió a cambiar. Habíamos pasado por frío, sol y calma chicha el primer día, y nublado, con algo de lluvia y viento el segundo día pero este tercer día nos tocaba sol, calma chicha y 27ºC, o sea, condiciones cambiantes que podían hacer que los basses se comportaran de forma muy diferente durante ese periodo de tiempo.
Fuente: A.D. Caspe Bass
En esta ocasión nos tocó salir de los últimos y sabíamos que todas las buenas zonas iban a estar cogidas así que optamos por jugárnosla e ir a zonas “feas” donde no había nadie y donde tampoco habíamos visto a nadie pescar los dos días anteriores. La estrategia era arriesgada y no funcionó.
Seguíamos sin sacar ningún bass grande, bueno y tampoco ningún bass. Cambiamos el chip y volvimos a las zonas donde los días anteriores habíamos sacado los basses pero o bien no nos picaron, o bien había alguna barca pescando.
Las horas fueron pasando y solamente conseguíamos asustarnos de vez en cuando con las brutales picadas de las percas fluviatilis. El cansancio y tensiones acumuladas hacían mella. Finalmente, sufrimos lo que los pescadores locales denominan el “Mequinfierno” y nos comimos una porrita (sin chocolate).
La tercera manga fue ganada por Juan Hernández y Sergio Álvarez “Chucky” con 6kg aproximadamente, lo que daba una idea de lo dura que fue esta tercera manga.
Fernando y Adrián consiguieron aguantar en lo más alto de la clasificación tras haber sacado solamente 2 basses medianos en esta tercera manga y se alzaron, por segundo año consecutivo, con el título de campeones del Internacional Caspe Bass.
Le acompañaron en el podio los hermanos Longás, que sin hacer ruido fueron muy regulares y presentaron en cada manga unos 5kg aproximadamente.
Fuente: A.D. Caspe Bass
Por nuestra parte, el bolo evidentemente hizo que bajáramos varias posiciones quedando en mitad de la tabla.
Independientemente del resultado, lo mejor de todo fue vivir de primera mano el renacimiento del bass en el embalse. Encontramos varias zonas donde vimos más de 20 basses de palmo en las cercanías, lo que nos alegró de sobremanera.
Queremos pensar que los próximos años van a volver a poner como punto de referencia al embalse de Mequinenza para la pesca del bass. Habrá que estar pendientes también de la evolución de la perca fluviatilis, fuerte competencia del bass. La muestra de ello fue que sacamos aproximadamente 50-60 percas entre las 3 mangas, por 4-5 luciopercas y ningún siluro.
Como dice un buen amigo, “al Caspe vas y volverás”. El tiempo dirá si volveremos o no a la competición pero lo que está claro es que se trata de un magnífico escenario para que cualquier aficionado disfrute de la pesca de multi-especies.