Walking on the water

Hola a tod@s, quería compartir un día muy especial para mí desde que soy pescador de bass.

A principios de primavera de 2014, quería ir un día entre semana a Tous. Aprovechando algún día de vacaciones. Estaba hablado desde hacía días que vendría Fernan (Fernando Carlos García) el de Madrid a compartir el día. Visto el resultado le supo mal no haber podido venir, pero las causas de fuerza mayor están por delante de la pesca.

Así que un día más estaba botando mi barca “Genara” en Tous y por supuesto a eléctrico, no como ahora que se puede navegar a explosión y es zona “Cebrosa”.

El día empezó bien porque al tercer lance, ya había sacado el primer bass del día. La porra estaba salvada, esto siempre es muy importante. Sobre todo para mantenerse alerta y estar animado, como se dice ahora mucho “on fire”.

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Este primer bass kilero, salió con un jerkbait duro.

Unos minutos despues otro bass seguía mi jerkbait duro, pero desde la distancia y con apatía. De repente no se porque giré mi cabeza a la izquierda a un sitio que supuestamente ya había lanzado y vi pasar un bass de buen tamaño a bastante velocidad, que iba como loco (“que había salido la noche anterior y estaba con resaca”). Cogí la caña de drop shot y tiré rápidamente hacía atrás del barco y a la izquierda (unos 5 -10 metros por delante de donde había visto el pez). Unos segundos más tarde, después de darle un movimiento “sexy” al señuelo, picaba el bass. Fue una lucha muy bonita. Ya salía el primer pez decente del día. Fue un bass de 1,85kg.

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Unos minutos más tardes de repente ataque en superficie en medio del pantano, tiro el paseante como un resorte, primer lance y cayó cerca de la zona donde se produjo el salto y no pasa nada. Segundo lance y al poco de empezar a recoger “superpelea”, depues de un gran combate, subió al barco el primer pepino del día. El bichito pesó ni más ni menos que 2,33 kg.

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Menuda pasada, llevaba pescando escasamente tres cuartos de hora y llevaba 3 pececicos bien hermosos. En ese momento me vino a la cabeza que había leído en el “caralibro” de Roberto Martínez, ex Jeremy Wade del Valencia Bass Club (un gran pescador, sobre todo multiespecies), parece ser que unos días antes había capturado su primer bass del año con paseante y le había sorprendido. Pues realmente esto solo fue un presagio de lo que tenía que venir.

Seguí pescando con el paseante y a la media hora salió este pequeño. Siento no haberlo cogido en mejor posición, cuando hice estas fotos, no sabía que esta postura dañaba a los peces.

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Al siguiente lance salió otro keeper muy similar pero no le hice ni foto.

Un par de lances después me picó un bass de los gordos, de nuevo a paseante, pero lo perdí con paseante y todo se me partió el hilo y es que se debió rozar el hilo y no lo revisé debidamente. Así que perdí el paseante secreto, solo me quedaba uno preferí guardarlo.

En fin, estos despistes pasan sobre todo a los que no somos muy ”pofesionales“, me quedé un poco chafado, pero se disipó pronto este malestar.

Pocos minutos después mientras seguía lanzando mi paseante “no titular” me cruzaba con una barca con una pareja de pescadores que parecía que se iban a ir del embalse. Según los veía y los saludaba tuve un ataque de otro gordo pero fallé el pez, pero no lo pinché. Así que recogí lo más rápido y volví a lanzar enseguida en la zona querenciosa. Nada más caer al agua el bass salió a por el paseante con una velocidad inusual. Mientras sacaba el bass, escuchaba a los de la barca decir que les parecía un buen pez. Pues si estaban en lo cierto, un largemouth bass de 2,27 kg se apuntaba a la fiesta de la pesca.

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La verdad es que la cosa se estaba dando realmente bien. Seguí un ratito más pescando usando otras técnicas sin obtener ningún resultado positivo, pero nada, hasta que puse el paseante “secreto” el único que me quedaba (No puedo desvelarlo, sino el pescador que me lo enseño se enfadará conmigo). Hacía bastante aire y no parecía lo más razonable, pero lo que ocurrió unos minutos más tarde fue un argumento de bastante peso para tenerle fe al paseante este día.

Lancé en una puntita y dejé el paseante parado varios segundos, moviéndose en las olitas, hasta que apareció una sombra negra a por el paseante. Menudo combate, con palos, árboles y cobertura que había por doquier, hasta que conseguí poner la perca al alcance de mi mano.

Esta ” pepona” , pesó ni más ni menos que 2,47 kg. Tras las fotos de rigor, se me cayó al agua, como ocurre en tantas ocasiones y volvió a su medio.

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Revisé la línea y pegué 3 lances más y increíblemente, otra superpicada. Este pez fue un más sencillo de capturar, que el anterior además el brazo se calienta y va uno con más soltura. Viendo las fotos parecen casi el mismo pez salvo que este segundo tenía todas aletas completas y el primero no.

Este black bass pesó 2,53 kg, una autentica gozada.

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La verdad es que estos dos peces eran prácticamente gemelos. Serían las 12 de la mañana la cosa parecía que podía ser apoteósica, pero se paró. Empezó a haber mucho aire para el paseante. Estuve pescando con otras técnicas, pero no resultaron ser efectivas. A las 2 y media me metí en una récula, y conseguí sacar otro buen bass aunque no tan gordo como los anteriores.

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El bichito pesó 1,63 kg. Me costó mucho sacarlo porque resulta que de sacar tanto pez gordo tuve que reajustar el freno, no frenaba y casi pierdo a este pez así que lo tuve que reajustar. El shimano exage es un carrete que está bien calidad precio, pero no es como un shimano sustain por ejemplo (Se notan mucho las calidades de los frenos).

Despues comí y reposé un poco, y empecé a pescar. Estaba cambiando el tiempo, cada vez con más viento y más desapacible. Avanzaba la tarde y no se veía ni un pez por ninguna parte.

Yo pensaba en cómo pueden cambiar tanto los peces en un mismo día.

Se avecinaba tormenta y una media hora antes de que empezase, pude lanzar en una punta con el agua calmada y plashh!!!!!!!!! A por Walker (paseante).

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El día estaba siendo más que completo, otro bass por encima de 2 kg. Esta perca pesó 2,15kg.

Empezaba a llover, se empezaba a mover el dios Eolo, a pesar de que la caña de paseante no tiene demasiada sensibilidad, noté una presión muy fuerte y no estaba mirando, el cebo porque había unos árboles y no quería estrellar la Genara contra ellos. No lo podía asegurar pero parecía que habían picado. Así fue, lo que faltaba “el pepinazo” del día. Me dio dos saltos que se me acelera el corazón cuando los recuerdo, porque según vi al pez pensaba que era mayor. Un black bass de 2,61 kg, todo un colofón para un día así.

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Se lió el aire de mala manera y lloviendo, así que me empecé la vuelta, lanzando la spinner por todos los posibles puntos calientes. También tuve premio no muy gordo, pero muy guapo para completar este día excepcional un bass de 1,30 kg, pero de este no hice foto para no mojar la cámara.

Aquí finalizó este día de pesca, cuando volvía del pantano con esa paz que da navegar a eléctrico, pensaba en como había sido la jornada, era como si estuviera soñando, increíble, que manera de disfrutar.

El equipo estelar de esta jornada, no fue nada excepcional, de hecho es el más flojo de los que tengo, pero le tengo un gran valor sentimental. La caña de Spinning Bass Pro Shops de 2 tramos de 6,6 pies y acción lite, comprada en 1996 en “La Campana” (Almadén). El carrete es un Shimano Exage 2500 de Quinter Pesca. La línea un fluorocarbono de 10 libras Seaguar Abrazaxx. Los señuelos estrella fueron los paseantes pero, el que más funcionó no lo puedo decir porque quien me lo enseño se enfadará si lo pongo aquí.

Después para salir vino lo malo del día, 10-15 minutos para arrancar el coche, me entraron unos sudores fríos porque estaba solo en el pantano, y ya sabéis que no hay cobertura. Finalmente fue una avería de la bomba de inyección. No me hizo mucha gracia porque acababa de adquirir un Mitsubishi Montero (mayor de edad) hacía un mes. Un año y pico después la verdad es que el coche va muy bien, pero ese día no tenía claro a la hora que volvería a casa. Es el coche favorito de mi hija Irene y lo ha bautizado con el nombre de “Cristophe”. Todo no puede ser perfecto. Y con el tiempo la perspectiva es otra y no pasa nada. Así que una historieta más para contar.

La crónica se llama “Walking on the water” ni más ni menos porque eso es lo que hacen los paseantes (walkers en inglés). Aprovechando que coincide con el título de una canción que me gusta. La he puesto a continuación para que haya más cosas que pesca en la crónica.

No tengo ni idea que dice la letra, se que el título es muy adecuado para el “WALKER” que fue la estrella de un día soñado por un pescador.

De paso para quien no lo sepa puede escuchar a Creedence Clearwater Revival una de mis bandas favoritas.

Quería compartir con tod@s lo que para mí ha sido el mejor día de pesca de mi vida hasta la fecha. Quiero dedicarles esta crónica de pesca a mi esposa Ana y a mis hija Irene y Sara. Y de otra manera pero también muy especial a Alex Fabra, que me ha enseñado mucho de lo que sé para pescar black bass. Gracias y hasta otra.

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